miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ventajas inmorales a favor de los casinos

No hemos tenido suficiente con la burbuja inmobiliaria para caer nuevamente en lo mismo: después de construir el complejo, ¿qué hacemos con tanto trabajador del ladrillo? Ya expuse aquí que aprox.de cadaparados provienen del sector de la construcción. Está claro que una vez construido el complejo, los empleados – por lo que él pide – van a ser todos extranjeros y cotizando a la Seguridad Social de su país de origen. Efecto sobre NUESTRO paro: dudoso a corto plazo, nulo en adelante. Pues una de las cosas que ha pedido es excenciones fiscales a las ganancias de los jugadores (para incentivar que vaya la gente a su negocio), así que ni por esas se debería considerar la opción de ayudar a montar ese chiringuito.

No es nada nuevo, hay muchas grandes empresas bendecidas por los diferentes gobiernos que a cambio de establecerse en ciertas regiones - ciudades gozaron de inmensas cacicadas, siguen gozando de ellas e incluso de carta blanca para un monton de cosas como que los telefonos echen humo si algun inspector de hacienda se le ocurre tan solo apartar la capeta de una empresa afin a los negocios de esta, ya no digo la propia empresa amada, sino una que forme parte de la periferia de esta. Asi que a estas alturas venir a decir que desigualdades de trato o ventajas inmorales se le den no me produce mas que cierta risa de lo facil que es denunciar lo que no hay pero miedito a decir lo que si hay Los presupuestos del desapego ?

Ingeniero Mercados Gracias, David. Aunque no se lo crea, con ese mismo título de "La España abandonada" se propuso una serie como la que usted dice, pero se quedó en el papel. Lugares hay muchos y muy interesantes, desde hospitales grandiosos y tétricos, hasta hoteles, complejos turísticos enteros en la Costa Brava, fábricas, refugios de la guerra civil ¿No será usted algún reportero que yo conozca pero con otro nombre? Felicidades. Este texto complementa perfectamente a este otro sobre el Casino Todo terminó cuando se dejó seducir por el mundo del juego. Era tal su adicción, que podía pasarhoras apostando, sin dormir, y una noche dellegó a perder cinco millones de dólares. Según la demanda de Watanabe, varios ex empleados afirmaron que en una oficina privada del casino había una foto del empresario para que todos lo reconocieran y la orden era darle lo que pidiera. Dicen que en un día se tomaba entre dos y tres botellas de vodka y aunque las normas impiden jugar a personas en evidente estado de embriaguez, nadie se atrevía a detenerlo por temor a un despido.

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